lunes, 9 de septiembre de 2019

Patria en Contramaestre, fusión de amores


En la peña Patria del Club David de la Sociedad Cultural José Martí en Contramaestre, oriente de Cuba, está el tejido de la nación, la gente que trajo la Revolución del 68, del 95, la del 33, la de 1959 y aún se empeña en orientar, sembrar y salvar lo mejor de la espiritualidad.

Su conductor es un martiano confeso, amante de las raíces, las tradiciones, lo que edifica el alma de la nación; su nombre: Rigoberto Romero Tabares.

Lo que acontece allí nos hace pensar en las celebraciones del 10 de octubre, organizadas por el Partido Revolucionario Cubano. Lo mismo te encuentras entre sus participantes a una maestra venerable, que a un viejo dirigente, un militar retirado, una madre de héroes, una heroína del silencio, un cantor de corridos y rancheras, un amante del bolero, un trovador, un decimista.

Patria, fusión dulcísima de amores y esperanzas, escribiría José Martí en un momento hermoso de la historia, y tuvo razón, aún tiene vigencia, pues perdura esa visión en el Club David, que los últimos viernes de cada mes, congrega en la tarde a gente buena a honrar el alma de la nación.

Patria evoca La historia de la cuchara el tenedor, porque allí Cuba aparece en un flan, un jugo de cerezas, un batido, un buen café, un ramo de flores y muchas sonrisas, para regresar a casa, convencidos todos, de que es posible la utilidad de la virtud y el mejoramiento de los seres humanos.

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