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martes, 19 de enero de 2016

Jóvenes militares de Cuba escucharon hoy el corazón de José Martí en Remanganaguas



Sobre las once de la mañana visitaron la casa de Nancy Felicia, bisnieta de Jaime Sánchez, en Remanganaguas.

Por Arnoldo Fernández Verdecia.

Hoy vivimos una jornada especial dedicada a José Martí. La misma fue protagonizada por estudiantes de carreras militares de Santiago, que llegaron hasta Contramaestre y fueron en peregrinación a Remanganaguas, a rendirle culto al primer lugar de Cuba, donde el Apóstol recibió cristiana sepultura y tuvo su primer y único velorio tierra adentro.

Sobre las once de la mañana visitaron la casa de Nancy Felicia, bisnieta de Jaime Sánchez, en Remanganaguas; allí estaba por esos azares concurrentes de la historia, un bisnieto del carpintero Pedro Ferrán Periche, el hombre que hizo el ataúd donde se trasladaron los restos de José Martí a Santiago de Cuba.

Nancy, bisnieta de Jaime Sánchez, el adolescente de catorce años que acompañó a Ferrán Periche en el encargo del servicio funerario para Martí, hizo las delicias de los estudiantes, pues les narró vivencias de su bisabuelo  al hacer el sarcófago y aportó datos de la memoria local ignorados por la historia nacional.

En la humilde casa de Nancy celebraron por anticipado el cumpleaños 163 de José Martí Pérez.
Al concluir el conversatorio hubo una foto colectiva y un kake. En la humilde casa de Nancy celebraron por anticipado el cumpleaños 163 de José Martí Pérez. Luego partieron en peregrinación hasta el cementerio de Remanganaguas y depositaron una ofrenda floral ante el obelisco que recuerda a los cubanos el primer lugar donde fue enterrado el Apóstol.  El momento fue propicio para constituir el “Club martiano Remanganaguas”.
Peregrinación hasta el cementerio de Remanganaguas.
Momento de la llegada al Cementerio Remanganaguas.
Depositaron una ofrenda floral ante el obelisco que recuerda a los cubanos el primer lugar donde fue enterrado el Apóstol.
Los recién bautizados, integrantes del Club, siguieron la tradición de ancestrales familias de Remanganaguas y colocaron el oído en tierra, para sentir el corazón del más universal de los cubanos.
 
En la despedida, promesas de volver y un caudal de conocimientos históricos que los hace más patriotas en la hora actual de Cuba.